Tomografía Computarizada (CT) en la Región Anatómica Tórax
 
Tomografía Axial Computarizada (TAC) de Tórax en Fase Simple y Contrastada: Tecnología de Vanguardia en UniRad | Unidad de Radiología
La tomografía axial computarizada (TAC) de tórax es una técnica avanzada de diagnóstico por imagen que utiliza rayos X para visualizar con gran detalle las estructuras internas del tórax, incluyendo los pulmones, la pared torácica, el mediastino y los grandes vasos sanguíneos. Esta modalidad de imagen es fundamental para detectar, evaluar y hacer seguimiento de diversas patologías, desde infecciones y enfermedades pulmonares hasta neoplasias y trastornos cardiovasculares. En UniRad | Unidad de Radiología en Altabrisa, Mérida, nos enorgullecemos de ser un centro líder en imagenología de la región, ofreciendo tomografías de tórax tanto en fase simple como en fase contrastada. Con un enfoque en precisión, trato humano y resultados rápidos, UniRad se distingue como un centro radiológico de referencia.
¿En Qué Consiste la TAC de Tórax?
La TAC de tórax emplea una serie de rayos X proyectados en diferentes ángulos, los cuales son procesados por un ordenador para crear imágenes en cortes transversales o "secciones" del tórax. Estas imágenes brindan una visión detallada de las estructuras torácicas y se pueden realizar en dos modalidades principales:
Fase Simple: La fase simple de la TAC se realiza sin la administración de medio de contraste y se utiliza comúnmente para identificar afecciones pulmonares básicas como neumonía, fibrosis pulmonar y enfisema. Esta modalidad es útil para obtener una visión general de las estructuras del tórax y detectar lesiones densas sin requerir un contraste adicional.
Fase Contrastada: En la fase contrastada, se administra un medio de contraste intravenoso que permite resaltar los vasos sanguíneos, el mediastino y los tejidos pulmonares, mejorando la diferenciación de las estructuras y haciendo visible información crítica. Esta modalidad es esencial para diagnosticar patologías complejas, como tumores y aneurismas, que pueden no ser evidentes en la fase simple.
Aplicaciones Clínicas de la TAC de Tórax
La TAC de tórax es una herramienta valiosa en el diagnóstico de múltiples condiciones clínicas. Sus aplicaciones principales incluyen:
Evaluación de Enfermedades Pulmonares:
En fase simple, la TAC es capaz de detectar infecciones como neumonía, bronquiectasias, tuberculosis y enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC) como el enfisema.
En la fase contrastada, proporciona un nivel de detalle adicional que permite a los médicos observar lesiones pulmonares complejas, identificar masas y detectar invasión a estructuras vecinas, lo cual es clave en el diagnóstico de cáncer de pulmón.
Diagnóstico de Enfermedades Cardiovasculares:
La TAC en fase contrastada es fundamental en el diagnóstico de enfermedades cardiovasculares. Permite la visualización clara de los grandes vasos del tórax, como la aorta y las arterias pulmonares, y es de especial relevancia en la evaluación de aneurismas aórticos, disecciones y embolias pulmonares, una condición potencialmente mortal que requiere diagnóstico inmediato.
Detección de Tumores Torácicos y Neoplasias:
La fase contrastada permite una evaluación exhaustiva de masas y tumores en el mediastino, pulmones y pleura. El medio de contraste ayuda a diferenciar entre tejidos normales y neoplásicos, proporcionando detalles sobre la extensión y características del tumor, lo cual es esencial para la planificación del tratamiento.
Patologías del Mediastino:
El mediastino, la región que contiene el corazón, los grandes vasos, el esófago y la tráquea, puede presentar diversas patologías como linfadenopatías, infecciones o masas mediastínicas. La TAC de tórax en fase contrastada permite evaluar esta región con gran detalle, facilitando el diagnóstico preciso de condiciones que pueden pasar desapercibidas en otros estudios de imagen.
Seguimiento Postquirúrgico y Evaluación de Tratamientos Oncológicos:
La TAC es una herramienta fundamental para el seguimiento de pacientes oncológicos, permitiendo a los médicos evaluar cambios en el tamaño o características de las lesiones y monitorear la respuesta al tratamiento. También es utilizada para asegurar que no haya complicaciones tras procedimientos quirúrgicos en el tórax.